ESTUDIOS ZOOLÓGICOS DE E. A. GOLDMAN EN CERRO AZUL EN 1910, POR EL AREA DE CHEPO

Por Stanley Heckadon- Moreno.

En Marzo de 1911 Goldman viaja en la lancha de la Bayano Lumber Company hasta el Bayano, en cuyo curso bajo observa los bosques inundables y el espectáculo de centenares de grandes Lagartos asoleándose en los playones. La lancha lo deja en hato Bayano, sitio donde el Mamoní entra al Bayano. Sube por el Mamoní en Cayuco y continua a pie hasta Chepo, aldea que estima contar con mil habitantes. Chepo era el último pueblo situado en el confín oriental de la sabana que se extendia por la costa pacífica de Panamá, hasta Chiriquí en frontera con Costa Rica.

Desde Chepo divisa su objetivo: Cerró Azul.

En Chepo pasa dos días contratando cargadores “bayaneros” descendiente de los bravíos cimarrones, y alquilando caballos sale el 20 de Marzo, viajando 20 millas al oeste sobre la calurosa sabana, cruza Pacora y gira al norte, en donde se topa con la imponente selva que entonces formaba una espesa e interrumpida carpa verde que se extendía atreves del istmo, desde las faldas de la cordillera en el pacifico, hasta la costa Caribe.

Goldman se asombra ante dramática demarcación entre la sabana y la selva. Del ardiente llano pasa a la fresca oscuridad del bosque tropical. Donde comienza la selva envían los caballos de vuelta a Chepo. En adelante los bayaneros llevarían la carga a cuestas. Tres millas agua arriba un ramal del Chepo, en “cabobre” a 800 pies de altura, establecen el campamento. Las chitras y jejenes serían los visitantes permanentes.

El 22 de marzo con dos macheteros y un cazador, para obtener carne de monte llegan a la cima de Cerro Azul, para subir usan la técnica nativa de seguir por el lecho del rio, los bosques de menor altura y a arriba de 2000 pies un clima agradable. A 500 pies de la cima, estaba la tierra arropada por una densa vegetación arbustos bajos, recargados de musgos, orquídeas y plantas bromeliáceas, desde la cumbre divisan algunas islas de San Blas. La costa pacífica se apreciaba desde la boca del Bayano hasta la ciudad de Panamá como era verano, la sabana costera asemejaba un vasto e irregular tablero de ajedrez, áreas achocolatadas de pajones resecos, separada de unas delgadas franjas verdosas de los bosques de galería que delineaban los cursos de las aguas. La apariencia de tablero de la planicie era intensificada por las líneas de numerosos fuegos que empujados por las fuertes brisas del norte avanzaban sin control dejando la tierra ennegrecida.

Goldman regresa a Chepo el 27 de Marzo y al día siguiente toma una lancha gasolinera hacia Panamá ().

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