Este famoso pan preparado en el interior por muchas generaciones, hoy día está muy escaso; son pocas las manos que se dedican a su elaboración, debido al trabajo que requiere. Con la emigración hacia Chepo de los interioranos, algunos trajeron esta costumbre a diferentes pueblos, como Cañita, Tortí, Chepo, Las Margaritas, Loma del Río y Unicito. Desde 1972 llegó a Unicito Elia González, quien heredó la receta de su mamá Patrocinia Villareal.
Esta es su preparación.
Se pone el maíz pilado en agua por seis días, lavándolo un día sí y un día no, siempre colocándolo en agua limpia, al sexto día se saca y se vuelve a lavar, ya seco se pila hasta que quede un polvorín (bien quebrado) se pone al sol por tres días.
Luego se le agrega miel de caña, anís en grano, canela molida, y una pisca de sal; se une y luego se muele, después se amasa. Luego se hacen las panitas o pancitos que se colocan en hojas de guayaba, de marañón o de Tallo, y se meten al horno hasta quedar doraditas.
La señora Elia González conserva esta tradición, ella vive en Las Margaritas, siendo unas de las pocas en el País.