Sucesor del Rey Bayano.
Cuando EL REY BAYANO fue capturado, su sucesor fué DOMINGO CONGO.
El Capitán PEDRO DE ORTEGA VALENCIA hizo contacto con los cimarrones ofreciéndole la paz y la libertad a cambio simplemente de que se redujesen a vivir como seres humanos en poblaciones que se construirían para ellos, con justicias, alcalde y todo en orden y ley.
Los negros del REY BAYANO enviaron una delegación compuesta de 14 de sus miembros procedentes de 5 grupos que por aquel entonces se encontraban diseminados a las orillas del Río BAYANO o en la faja de tierras adyacentes, y que obedecían a un cimarrón de nombre DOMINGO CONGO.
Después del tratado hecho entre el Capitán PEDRO DE ORTEGA VALENCIA y el Rey negro DOMINGO CONGO, parece que hubo ciertas dificultades al morir éste, a causa de que algunos de los cabecillas de aquél grupo no querían reducirse a vivir en poblados, prefiriendo la vida salvaje al margen de la ley.
A pesar de estos pequeños grupos rebeldes que no querían reducirse a la obediencia, otro grupo numeroso compuesto de 300 a 400 negro, continuó construyendo un poblado a 3 leguas de Panamá en el sitio denominado PACORA, resultado de la paz de 1581 con el jefe negro ANTONIO MANDINGA, otro de los cabecillas de DOMINGO CONGO, que le sucedió en su muerte en la jefatura de los negros «estos dos pueblos tienen una relación histórica Chepo y Pacora».
Y si los últimos grupos rebeldes no llegaron a unirse con el resto de los pacificadores se debió a diferencias surgidas entre los cabecillas que se peleaban la jefatura dejada por DOMINGO CONGO a su muerte.
En 1581 y 1582, los negros entraron en una fase de tranquilidad trabajando en sus siembras y cultivos, e incluso algunos en minas de oro como dueños, mejorando día por sus relaciones de vecindad con los demás habitantes de la colonia y mejorando su crédito.
Muchos de los negros reducidos habían nacido en el monte, así que en cuanto estuvieron formados en poblado, se les bautizó, y se casó a todos los que no lo estaba. Se envió un sacerdote para que les atendiese y vivieran entre ellos.
Escrito de JOSÉ MANUEL REVERTE COMA 1961.
Después de la abolición de la esclavitud muchos negros se fueron a vivir a Bayano El Llano, para el 1900 algunos tenían la marca de sus antiguos propietarios, estos cuando iban al río a bañarse se les veía el fierro marcado en sus cuerpos.