Eugenio Gonzáles Barrios y Amalia Vargas de Gonzáles, Fundadores de Buenos Aires.
A veces no nos podemos imaginar tantas dificultades que tuvieron los emigrantes venidos a Chepo.
Este fue el caso de esta familia cuando muy joven se juntaron, ellos vivían en Nuario de Las Tablas; Amalia tenía 18 años, y se fueron a vivir con los suegros, Eugenio había viajado un par de veces a la ciudad de Panamá, con un tío que traía ganado en barco hasta el terraplén, él le propuso a Amalia que si deseaba conocer la ciudad, ella acepto y dijo que llevaran una carga de gallina para solventar los gastos, llegaron como todos al Terraplén, allí llegó un familiar que tenían, él vivía en Bajo el Piro de La Mesa de Pacora, estando allá, el señor Velásquez le dijo que él sabía dónde habían tierras libres, según él, esto quedaba cerca de los tres brazos de los ríos Pacora, Mamoní y San Martín, cerca de Cerro Azul; Eugenio no se encontraba muy contento de estar con su papá, y quería independizarse.
Se fueron a ver el terreno, y cada uno cogió su pedazo; se fueron a Panamá a registrarlo, luego de esto Geño se va a Nuario a vender el Maíz y el Arroz y otras cosechas; Amalia se encontraba embarazada, tenía ya casi nueve meses, él no quería irse sin que diera a luz, pero no le quedo más alternativa que viajar, cuando regresa del interior ya Amalia tenía 9 días de haber dado a luz, se fueron a medir con el dinero que había vendido, al tiempo sale un señor muy poderoso y adinerado que argumentaba que ese terreno le pertenecía, y con influencia lo despojó de las parcelas, a él y a otras dos personas.
Eugenio vio que todo se le derrumbó, quedo sin plata ni terrenos, algunos querían que les metiera pleito, él le consulta a Amalia y ella le dijo que no, que eso era imposible ganarlo, que era como echarle un pescadito a un tiburón, no hicieron nada, luego se regresan a Nuario donde pasaron un tiempo, pero Eugenio seguía con la intención de buscar nuevos horizontes, y un día le dice a su compañera que se alistaran que se iban para el Bajo Piro en, La Mesa de Pacora.
Salieron el 2 de febrero de 1954 a Bajo el Piro, donde un tío, allí pasaron un tiempo y no conseguían terreno, ya Uri tenía 8 meses, Geño le dice a Amalia que se iba a buscar terrenos para el lado de Chepo, llegó a Las Margaritas con el propósito de irse a madroño, él tenía un amigo llamado Gregorio Batista, que le aconsejó que los terrenos de Madroño no eran apropiados, que era mejor buscar para el área de Cañita, donde había mejores tierras, y habitaban muchos interioranos, el pasó ocho días viendo tierras después de subir tantas lomas llego a un bonito lugar donde había buena briza y le puso Buenos Aires, él llevaba un nombre en mente, pero al respirar ese aire le llamo así, cuando llega de regreso, le dice a su compañera que se alistara que se iban para Cañita que habían encontrado un bonito lugar.
Llegaron al Puerto de La Capitana, en ese entonces se viajaba por agua, allí esperaron marea hasta las 6:00 p.m., a esa hora emprenden el viaje por el Mamoní, luego por el Bayano aguas arriba, llegando a la parte arriba del pueblo Del Llano a las 9:00 p.m. con una creciente que tenían los ríos, se fueron caminando hasta El Tigrón donde pasaron la noche, en la mañana emprenden el camino rumbo a Cañita, donde llegaron a las 12:00 p.m., donde un hijo de Manuel Delgado, allí les brindaron comida, siguen hasta llegar a Flor de Laguna a la casa de Chago Barrios, allí descansaron unos días, luego se van a la montaña de Buenos Aires, se llevaron un niño de 9 años para que cuidara al pequeño, ellos ya habían cogido el terreno, y Gregorio una parcela para su hijo Dídimo, pero él dijo que no estaba loco, que él no iba para allá, ellos empezaron a tumbar la mata por 7 peones, y en 10 días la terminaron.
Regresan a Los Santos a celebrar el cumpleaños de Uri en Las Tablas, dejando encargado de quemar la mata a Chago, después de un mes arreglan todo en un camión, traían ganado, puerco y caballos; como no tenían potreros, le dieron el ganado a media a Fidel Domínguez, en Bajo del Piro, La mesa, sólo se llevaron una vaca criando, una yegua criando, una puerca criando, y una mujer criando.
Llegaron a Loma del Rio donde los dejaron, nos relata Amalia que había poca gente en Loma del Rio, cruzaron el rio y cogieron camino a un lugar llamado Gavilán, un poco cerca de Tranquilla, allí durmieron esa noche donde Gregorio Batista, donde habitaban otras familias, la de Vicente Cárdenas y Benjamín Acevedo; Secundina, su esposa, les preparó un lonche para el camino, y a las 7:00 a.m. emprenden viaje; la caravana debería ir despacio ya que los cerdos se fatigaban con el calor, y tenían que darle agua en el viaje.
Amalia con el niño en brazos, la yegua con el potrillo, la vaca atada a la acción de la yegua, y Geño con los 5 puercos vaqueándolos, a las 12:00 p.m. estaban en Platanares, algunas veces se extraviaban los puercos y el ternero, éste recorrido se hizo largo y fatigoso para todos, y más para el pequeño y su mamá que debería cargarlo en brazos, a las 3:00 p.m. llegaron a Cañita, para emprender el viaje llegando a las 7:00 p.m. un 3 de mayo de 1955, estaban en Flor de Laguna, de allí subían semanalmente a Buenos Aires, así pasaron todo ese invierno, la yegua la tenían que llevar hasta donde Ceferino Delgado en Tardes Bonitas, ya que las personas no tenían muchos potreros, y argumentaban que el caballo comía mucho pasto.
Ceferino les alquiló a dos pesos al mes por la yegua, y un peso por la cría; ellos cogían de camino unas 6 horas de Flor de Laguna a Buenos Aires, hasta que deciden mudarse con todo el 22 de diciembre de 1955.
Así inician una nueva vida, llena de esperanza e ilusiones, cuando ya tenían potreros fueron a buscar el ganado; fueron días difíciles, pero pudieron seguir adelante. Amalia tiene 45 años de estar en el evangelio junto a su esposo.
Hoy día Buenos Aires es un bonito pueblo, donde un día llegaron, hicieron donaciones de terrenos para la escuela, el cuadro de béisbol, a algunas personas le cedían lotes para sus viviendas y a otros se les vendió, así nos relató la señora Amalia.