NICOLÁS CISNEROS VILLASANTA Y FLORENCIA ORTEGA

EN EL MARCO DEL 71 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DE NICOLÁS CISNEROS VILLASANTA (1912-2005) Y FLORENCIA ORTEGA ORTEGA (1920-2018) AL DISTRITO DE CHEPO.

Mis abuelos paternos NICOLÁS CISNEROS VILLASANTA (1912-2005) y FLORINDA FLORENCIA ORTEGA ORTEGA (1920-2018), fueron pioneros de la migración interiorana, veragüense o calobreña a las tierras del Distrito de Chepo el día 12 de diciembre del año 1949.

Mi abuelo NICOLÁS fue hijo de FLORENTINO CISNEROS RUÍZ (1878-1963) y MARÍA FERMINA VILLASANTA VALDIVIESO (1887-1957), oriundo de Guayabito de El Cacique del distrito de Calobre. Mi abuela FLORINDA FLORENCIA fue hija de CIRILO ORTEGA y FERMINA ORTEGA, nacida en Media Luna de Chitra del mismo distrito de la provincia de Veraguas.

Fue GERMÁN NUÑEZ MARTIN, un empresario español, natural de Planillos del Álamo, (Provincia de Ávila, España), residente en Calobre, quien había adquirido una finca en Hato Bayano, ubicada frente a la desembocadura del Río Mamoní (afluente del Río Bayano), quien se trajo a mi abuelo, mi abuela y sus 3 hijos mayores para que trabajase en dicha finca. Llegaron al antiguo Puerto La Capitana a las 3 de la tarde del 12 de diciembre de 1949. Mi abuela venía embarazada de mi tía SEBASTIANA, quien nacería un mes y 8 días después; es decir, el 20 de enero de 1950.

Don GERMÁN NUÑEZ le tenía una gran confianza a mi abuelo y por eso lo buscó para que le cuidara esa propiedad ganadera junto con el rebaño de reses que iban a traer desde los distritos de Calobre, Aguadulce y Santa María. Se trajeron 72 animales vacunos (70 vacas y 2 toros) embarcados en una bacha desde el Río Santa María, atravesando el Océano Pacífico, y desembarcadas en el Río Bayano.

Con el pasar del tiempo, mi abuelo tomó tierras libres e hizo su propia finca. GERMÁN NUÑEZ le dio algunas vacas a media, más otras que mi abuelo compró, para iniciarse en la ganadería.

Se establecieron a orillas del Río Bayano, en el sector de San Antonio, que queda ubicado 3 kms aguas arriba del Puerto Coquira. Allí, mis abuelos, acapararon más de 100 hectáreas de tierras nacionales de bosque virgen, dedicándose primero a las actividades agrícolas como cultivos de arroz, maíz, yuca, plátano, ñame, otros, y posteriormente a la ganadería bovina y también a la crianza de cerdos y gallinas. Formaron una familia de 9 hijos, 4 varones y 5 mujeres: RODRIGO, LUDOVINO (QEPD), BEATRÍZ, SEBASTIANA, mi padre NATIVIDAD(QEPD), ESTHER, las gemelas BLANCA e HILDA y NICOLÁS.

La alimentación se basaba de los rubros agrícolas y pecuarios que se producían en la finca y se complementaban con proteínas de carne de monte (conejos pintados, venados cola blanca, venados corzo, zaínos e iguanas) así como peces de río (robalo, guabina, pargo rojo manglatero, bagre, entre otros), camarones y cangrejos.

En esa migración también llegaron los también calobreños DIONISIO NÚÑEZ VÁSQUEZ, hijo de GERMÁN NÚÑEZ, como administrador de la finca de su padre; y los esposos calobreños PEDRO CISNEROS VILLASANTA (1908-1989), quien fue hermano de mi abuelo NICOLÁS, su señora CRISTOBALINA GONZÁLEZ CRUZ e hijos. Algunos años más tarde, llegarían otros calobreños, entre ellos SIMÓN PINO y RITA CISNEROS BONILLA (prima carnal de mi abuelo), quienes también se radicaron en San Antonio del Bayano.

Por: El Profesor Nicolás Cisneros.

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