Rafael Antonio Castro
Pelón Castro nació en Bayano, el 24 de octubre de 1909. Para el año – 1934 – se registra una de las inundaciones más grandes del río Bayano, creció como nunca, y destruyó, asoló los lugares poblados que se levantaban en sus cercanías: casas, plantaciones, madera recién talada, y el peligro de las propias vidas, era lo que arrastraba a su paso la inundación del río Bayano. Pelón ayudó a rescatar a muchas personas, y luego llenó su piragua con algunos enseres que pudo salvar. Y por último, embarcó la imagen de su santo preferido: San Telmo.
Ya en su embarcación, miraba con tristeza el lugar que abandonaba, porque ahí dejaba la acumulación de su vida y de sus sueños. Se alejaba junto a su familia, compungido, manejando con destreza la pértiga (la palanca), para conducir segura su vieja piragua… Con una fe profunda contemplaba la efigie de San Telmo. ¡Él me llevará a un lugar seguro…! pensaba convencido y conmovido. Sus pensamientos volaban lejos, no se daba cuenta que la piragua en su desplazamiento, inclinándose, poco a poco se llenaba de agua.
Finalmente se percató de que llevaba mucho peso en la piragua, y debía aliviar la carga de la misma. Miraba de un extremo a otro, de proa a popa, sin determinar qué artículos arrojar al agua; todo era liviano, pequeño, sin peso considerable que ayudara a salvar la situación – miró de pronto hacia la proa, y lo contempló seguro en el piso de la canoa… ¡No…! Se dijo, él me llevará a puerto seguro. En varias ocasiones se decía lo mismo, mientras tanto, el agua amenazaba cada vez más con hacer naufragar la piragua; su familia estaba asustada, llena de pánico… ¡No…! Se dijo nuevamente y desvió su mirada, el naufragio ya inminente, quebró su voluntad de acero…
-¡San Telmo – exclamó Castro – pa’l agua!, lo echó y de esa manera pudo salvar la embarcación.
Ya establecido en Chepo, en lo que es hoy día son los 4 altos, se dedicaron a la agricultura. Para el 1938 se muda junto con su familia a Panamá, donde hizo una estrecha amistad con Demetrio Belisario Porras, y se hicieron compadres. Para el 1940, había cierta rivalidad entre Demetrio y Arnulfo Arias, Pelón, que apoyaba a Demetrio gritaba… VIVA DEMETRIO, y por eso fue encarcelado. Su esposa ya estaba embarazada de Monchi, ella lo fue a visitar a la cárcel, le llevo comida y los policías se la botaron, esto hizo que el parto se le adelantara, dando a luz en el Santo Tomas, se quedaron viviendo un tiempo en la capital, hasta que regresan al Bayano, donde no vivieron por mucho tiempo.
Regresan a Chepo y compran una propiedad frente a la iglesia, y hacen una finca donde sembraba Plátanos, Limón, Sandías, ajíes y todo tipo de hortalizas; para los tiempos de cosechas pasaban los productos en piraguas, donde eran cargada en la chiva para llevarlas a Panamá, todo esto a orillas del rio Mamoní, frente a la toma de agua.
Los chepanos, amarraban sus lanchas en la desembocadura del Bonete.
Para esa época había muchas familias que Vivian al otro lado del rio y cuando alguien estaba atajado, siempre lo solicitaban, familias como, Los Frías, Camargos, Vargas, Batistas y Acevedos, en el invierno recurrían a Pelón que los pasara, muchas veces había que buscarlo a la casa ya que era tarde de la noche.
SU HEROÍSMO.
Heroísmo de un gran hombre ( Pelón Castro) En la madrugada del 4 de noviembre de 1966 se da una de las inundaciones más grandes registradas en Chepo, de magnitud incalculable, el joven Yuhas de origen Húngaro estaba atrapado en esta casa propiedad de su tío kocsis (Kochí) a orillas del Mamoní (Loma del río) las fuertes corrientes estaban a punto de socavarla la misma era estremecida, las aguas llegaban hasta la subida de la loma, esto es donde queda la veranera Bolaños siendo una distancia muy considerable, Pelón experto canaletero criado en las riveras del Bayano se tira en medio de las fuertes corrientes en su vieja piragua y gracias a su valor y coraje logra rescatar a este joven, la casa soporto la arremetida del Mamoní, hubieron muchas pérdidas humanas, el puente de Pacora fue arrastrado por las aguas quedando Chepo y toda la región incomunicado .
Para tiempo de las fiestas de San Cristóbal se vestía de blanco, se acostaba en la parte de arriba del restaurante y los del comité de la fiesta, lo buscaban cargándolo, luego lo revolcaban y lo echaban en un lodacero que preparaban especialmente para ese evento e iniciaban las corridas de toros con esa tradición.
Participaba todos los años con la donación de sandias para el reinado de la sandía.
Muchas veces.
Por Jasmína Castro.
Juan B. De Gracia
Orlando Mendieta.