Hazaña Del 38 – Lalu Thompsom

LA HAZAÑA DEL 38 – LALU THOMPSOM

Cuando la voluntad es asidero del destino se despliega el valor, la templanza, y la ambición por la grandeza del espíritu; se desparrama el entusiasmo por la faena y el reto para culminar con éxito la labor emprendida. Se ponen en juego, y se utilizan, todos los elementos de vida y dinamismo para fortalecer el pensamiento positivo…, para maximizar la voluntad que es de hierro y coronar el alma con la esplendente victoria.

¡Viva Lalú Thompsom… Viva Chepo… ¡Viva Panamá!

        Corría el año 1938, y en la ciudad de Panamá –con la sombra de la guerra en lontananza- se celebraban los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, con el esplendor que –en sus primeros treinta y cinco años de edad- nuestro país, modestamente ofrecía a la comunidad de América y el mundo. En esos juegos participaron varios chepanos entre los que podemos mencionar a los hermanos Souza en natación y a José de la Luz Thompsom en la carrera principal de dichos juegos; la emblemática justa deportiva por excelencia: La Maratón.

 Pero ha pasado mucho tiempo desde aquellos días de los famosos juegos; sesenta y siete (68) años para ser exactos y podamos ver la distancia-tiempo que ha transcurrido desde entonces… ¿Cómo rememorar estos hechos gloriosos que distan tanto en el tiempo…; cómo trasladar la memoria a esos días si esta es infiel –a veces- y confunde el hecho real con la esperanza?

        Santiago Bósquez (Chichón) a cuya memoria recurrimos, nos dijo, al abordarlo…

        -Dios, pueda ser que la memoria así de repente no me falle.

        Se veía nervioso, pero no inseguro, y al nosotros señalarle que dijera todo lo que quisiera, se animó y comenzó a desgranar sus recuerdos como un río abierto que murmura y canta su corriente vieja.

-Yo recuerdo… Hubo aquí una persona que se lo llevó (a Lalú, a la ciudad capital), un tío mío…, Erasmo Fuentes, como quince días antes de la maratón…, ¿me explico?, quince días antes de la maratón, y entonces lo mantuvo hasta el día de la carrera… Fue un hombre que no necesitaba prepararse, te digo…, era un hombre que,… Bueno, es imposible que uno lo compare con un animal; pero sí poco más o menos. ¡Era un hombre muy fuerte…, demasiado fuerte!

-¿El corría aquí en Chepo?

        -Sí, él corría aquí en Chepo y ganó muy buenas carreras. Aquí vino gente de Panamá a correr con él…¡Era por gusto…! Y no es que la carretera estaba como ahora; era una carretera de piedra; que molestaba la piedra y esas cosas. Aquí hubo corredores como él; pero Lalú fue una bestialidad. El que lo descubrió fue un director de apellido Ortega…, Ortega… –se tocaba la frente intentando recordar. 

        -¿Director de la escuela?

-Sí, director de la escuela; pero no recuerdo muy bien de quién era hijo. Si recuerdo que el apellido era Ortega…, ahora no me viene a la memoria el nombre; pero el apellido era Ortega. Entonces, él fue el que lo indujo a (participar) esas maratones que comenzaron en la escuela; pero eso se puso aquí que eran maratones todas las semanas, todos los meses… Digamos que todos los meses para ser más exactos. Venían de Panamá; a uno le decían «Mi Chichí», a otro le decían «Peñalita», a otro le decían «Harrinson»… Venían varios, corredores. De aquí de Chepo era él y otro que le decían «Nino», y otro que le llamaban «Talo»…; el hermano de éste –creo que le llamaban «Teo»- también corría; pero no era tan verraco como decía… –traté de interrumpirlo con una pregunta y me dijo- ¡Déjame terminar de decirte cómo empezó Lalú aquí…! -Está muy bien, continúe- Las carreras las hacían de Chichebre a Chepo; de un fuerte que le decían «Ruinseñora» a Chepo; de Pacora a Chepo… ¡No había maratón que no ganara…, todos los ganaba!

 -¿De dónde partió la Maratón del 38?

        -La Maratón del 38 partió del mismo estadio. El estadio – Tapia; y de Tapia al estadio… Ida y vuelta. 

        -Cuáles fueron los contrincantes más fuertes?

        -Buenooo…, los contrincantes más fuertes fueron los mexicanos, los mexicanos…; y entonces vinieron tres mexicanos…, tanto fue así que así llegaron atrás de él.

        -¿Querían reventarlo. ¿No es así?

-Querían reventarlo, sí, los tres mexicanos. Pero entonces, «Mi chichí» venía delante de Lalú…; nuestro Lalú venía como de quinto cuando venían del estadio para Tapia…, y cuando él venía llegando, digamos…, ¿Cómo te puedo decir? -cavilaba, buscando los recuerdos idos renuentes a regresar- como a la entrada de Pedregal, ya iba adelante Lalú…, iba adelante ya. Pero el compañero de Panamá, «Mi Chichí», que pensaba ganarle, cuando vio que Lalú se lo pasaba, le dijo… ¡Cógelo suave Lalú Tompsom, que en ti tenemos esperanza para que los panameños ganemos!

 

        Se notaba la emoción que inundaba poco a poco a Santiago Bósquez; el énfasis que hacía en sus palabras descriptivas y estimulantes, y más que nada…, la profunda admiración que sentía por su amigo Lalú Thompsom, el héroe del 38.

-Cuando venía de regreso… ¡Uf! éste, «Mi Chichí» venía lejos todavía; entonces se veían los mexicanos así…, los mexicanos venían en one, two, tree (uno, dos, tres) apurados, a un paso agigantado, pues; pero Lalú era un paso… ¡Coño, eso era una bestialidad ese hombre!

        -¿Qué hay de cierto en eso que dicen…, él corría descalzo?

        -¡No! Usaba sus zapatillas, él no corría descalzo. Hacía carreritas aquí sin zapatos, un momento así… ¡Vamos a correr! Y corría un momento así; pero las carreras de distancia no. ¡Con zapatillas! 

Parecía molesto por mi pregunta sobre «correr descalzo»; pero ese instante fue fugaz, porque volvió a ser el mismo, aún más emocionado.

    y entonces, cuando ya iba a llegar; date cuenta que había que darle la vuelta al estadio… ¡A las cinco veces que le dio la vuelta al estadio fue que se presentaron los mexicanos! El que llegó segunda; porque llegaron segundo, tercero y cuarto los mexicanos.

        -¿A la quinta vuelta fue que llegaron?

        -A la quinta vuelta que le dio al estadio. ¡Les sacó una ventaja bestial…! Y eso fue aplausos y toda esa vaina; el estadio lleno… ¡Eso fue una bestialidad!

        -¿Quién era el Presidente entonces?

        -El Presidente era Juan Demóstenes Arosemena, por eso fue

El sepelio del LALU fue un día muy triste para Chepo, el pueblo se volcó a las calles a despedir a su héroe.
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