Calixto Broce González,

Su hablar pausado, denota mucha sabiduría y experiencia, es un libro abierto.

UN AUTODIDACTA INNATO

UN AUTODIDACTA INNATO

Su hablar pausado, denota mucha sabiduría y experiencia, es un libro abierto.

Mencionó el historiador panameño Milcíades Pinzón, que el campesino santeño siempre fue humilde de gran corazón y gentileza, a lo que hay que agregar su disposición para el trabajo honesto y la superación personal.

Un vivo y palpable ejemplo está personificado en la vida ardua y fructífera del señor Calixto Broce González, quien emigró en la década del «60» de su pequeño terruño Vallerriquito de las Tablas, con 18 años de edad acompañado de su actual esposa, la Señora Benigna Castillo de Broce. Según cuentan ellos emigraron y así se establecieron en la comunidad de Las Margaritas, para perseguir el sueño de la superación.

Empezó como Jornalero blandiendo el machete en fincas particulares de la región chepana, ganando un Balboa diario. Pronto llegó a la conclusión que, si quería darles estudio a sus hijos, debía aprender un oficio más estable y mejor remunerado, empezó a reparar zapatos, a hacer trabajos de albañilería, posteriormente se inscribió en un curso por correspondencia para estudiar electrónica. La voluntad y el ahínco por aprender algo distinto lo hizo prevalecer y empezó a reparar radios, televisores que eran primero a tubos, después pasaron a transistores, siguieron evolucionando a circuito integrado y él se iba adaptando a medida que iba pasando el tiempo.

El aprendizaje obtenido con la madera en su terruño natal, lo encaminó a otra faceta invaluable: la profesión de Artesano. Con su singular y aguda inteligencia fabricaba culatas y manzanas de escopetas y rifles hasta que logró fabricar sus piezas, teniendo así, una gran demanda entre la población indígena que las utilizan como instrumento de cacería. Este es un verdadero ejemplo de lo que conocemos como un autodidacta innato.

Pronto la pequeña comunidad de Las Margaritas tenía en este humilde santeño, un técnico y artesano completo, un hombre polifacético y devoto de Dios. Hoy, a sus 78 años, sigue brindando sus conocimientos y servicios técnicos en todos los aspectos, ya no con el mismo afán de los inicios, pero aún repara motosierras, bombas de todo tipo, güiras y absolutamente toda clase de «chéchere» que necesite mano técnica. Como él mismo dijera alguna vez con su rostro sonriente, sencillo y con mucha humildad: «Lo único que no he hecho en este taller, es trabajo de sastrería».

Crio a sus seis hijos (as) de manera amorosa y su ejemplo propio para torcer su destino, los inspiró. Hoy, ellos ejercen profesiones diversas entre ellos hay abogados, profesoras, farmaceutas, etc.

Esta es la historia de vida que hoy nos conmueve y celebramos porque demuestra que mientras exista voluntad para superarse, sus frutos son incalculables y exitosos.

Salud, noble campesino de nuestra Patria.

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