Personalmente para mí, uno de los episodios más tristes y dolorosos que les comparto.
Así escribía Sergio A. Jiménez en 1930, de lo que fue el Fuerte San Cristóbal.
Fue así como el pueblo vino a quedar en el lugar donde hoy se encuentra, pero si aquí no pudo ser atacada por los piratas, no por eso logró gozar en sus primeros años de paz y tranquilidad absoluta, porque los indios del Darién, enemigos irreconciliables de los españoles, atravesando espesas montañas llegaban a Chepo durante la noche y hacían grandes carnicerías. Por lo que fue preciso construir para defenderse, un fuerte de cuyas ruinas existieron hasta hace poco y existieran todavía si el pueblo hubiera sabido conservar esa reliquia histórica.
Si en el curso de esta humilde obra he de seguir hablando de actos heroicos ejecutados por chepanos, fuerza es también que diga que fue una debilidad del pueblo el permitir que se desbarataran esas paredes tan antiguas para edificar allí una casa de propiedad particular, que si bien es cierto que un caballero que aprecia mucho a los chepanos también es verdad que felizmente tenemos mucho terreno para edificar casas.
Llamo cobarde a los chepanos cuyas manos se prestaron para tumbar esas paredes que nos hablaban de la infancia de nuestro pueblo, de las luchas y sacrificios de nuestros antepasados por su fundación y estabilidad y de su abnegado valor para defenderlo.
El Fuerte San Cristóbal de Chepo.
Así escribía el Antropólogo, José Manuel Reverte Coma, en 1963.
Llegó a tener inclusive una pequeña guarnición que se alojaba en él o en bohíos cercanos hasta que con los años y habiendo ido desapareciendo los piratas e Indios, fue languideciendo hasta ser abandonado. Posteriormente, ya en era republicana, sería utilizado como cuartel. Más tarde abandonado definitivamente.
Personalmente tratamos de localizar el emplazamiento del viejo fuerte de San Cristóbal de Chepo y para ello comenzamos por realizar una investigación entre los más viejos moradores del lugar.
Isabel Sánchez de Espinoza, recuerda que cuando era niña iban a jugar a las ruinas. También recuerda que las paredes tendrían unos dos metros de altura en el año de 1907.
Entre las tradiciones de Chepo se cuenta que por las ruinas del cuartel se apareció en varias ocasiones la virgen de las Mercedes y también San Cristóbal.
José de la Cruz Delgado, el patriarca de Chepo, de 86 años de edad, viejo soldado de las guerras de independencia, recuerda que el fuerte tenía una puerta mirando a la calle que es hoy calle Córdoba y que tenía aspilleras para fusilería.
Al recorrer el lugar indicado por los informantes, pude comprobar la existencia de la fortificación que aflora por varios puntos formando los cimientos de un viejo edificio ya en ruinas, según estos Cimientos unos 12 metros de longitud. Siguiendo la exploración de los demás cimientos pudimos comprobar que de todos lados del fuerte tuvieron la misma longitud, de forma que se trataba de un edificio cuadrado de 12 metros de lado.
EL FUERTE SAN CRISTOBAL DE CHEPO, en 1700 fue llamada La Casa Mata o la prisión del estado, donde algunos Gobernantes de esa época eran enjuiciados y traídos para pagar sus condenas allí.
JOSÉ ANTONIO DE LA ROCHA Y CARRANZA
Marqués de Villarrocha
Restituido una vez más en el cargo a título de honor y desagravio por su separación violenta, gobernó solamente un día, el inmediato a su llegada a la ciudad, procedente de la Casamata de Chepo donde estuvo prisionero por voluntad de los señores magistrados de la Real Audiencia.
MANUEL DE ALDRETE
Militar
Desempeñaba las funciones de teniente del Rey y la Jefatura de la Plaza de Cádiz cuando fue designado para jefe del gobierno en Castilla de Oro. Se trasladó al país
con el fin de asumir sus nuevos deberes en la Flota de Galeones que comandaba el General Marqués de Grillo. Gobernó desde fines del año de 1724 hasta mediados
de 1730 cuando fue procesado, depuesto del cargo y encarcelado en la prisión de Chepo, lugar donde purgaban sus condenas por aquellos días los gobernantes olvidadizos de sus deberes. Registrado y remitido a España con destino a las cárceles de la Corte, embarcó en la fragata «Ginovesa que naufragó en los bajos de la Víbora: naufragio en el que además de perecer todas las personas que se encontraban en la nave, se perdió una gran cantidad de oro que se encontraba en las bodegas de dicha nave que iba destinado al Tesoro Real
En las fotos se puede ver el sitio estratégico por su altura, aún quedan restos de cal y canto, donde se ven las matas de plátanos queda la entrada hacia el túnel que quedaba debajo del fuerte. «La mano del hombre destruyó este patrimonio».
Para el 1990 el señor Rafael Alcides Mendieta siendo alcalde, estableció un acuerdo municipal en la cual se declaraba patrimonio de Chepo, pero vino otro alcalde y abrogó ese acuerdo, siendo vendido lastimosamente el terreno, ¿cómo poder lograr que este lugar sea de Chepo nuevamente, para nuestras futuras generaciones?
Personalmente para mí, uno de los episodios más tristes y dolorosos que les comparto.
Así escribía Sergio A. Jiménez en 1930, de lo que fue el Fuerte San Cristóbal.
Fue así como el pueblo vino a quedar en el lugar donde hoy se encuentra, pero si aquí no pudo ser atacada por los piratas, no por eso logró gozar en sus primeros años de paz y tranquilidad absoluta, porque los indios del Darién, enemigos irreconciliables de los españoles, atravesando espesas montañas llegaban a Chepo durante la noche y hacían grandes carnicerías. Por lo que fue preciso construir para defenderse, un fuerte de cuyas ruinas existieron hasta hace poco y existieran todavía si el pueblo hubiera sabido conservar esa reliquia histórica.
Si en el curso de esta humilde obra he de seguir hablando de actos heroicos ejecutados por chepanos, fuerza es también que diga que fue una debilidad del pueblo el permitir que se desbarataran esas paredes tan antiguas para edificar allí una casa de propiedad particular, que si bien es cierto que un caballero que aprecia mucho a los chepanos también es verdad que felizmente tenemos mucho terreno para edificar casas.
Llamo cobarde a los chepanos cuyas manos se prestaron para tumbar esas paredes que nos hablaban de la infancia de nuestro pueblo, de las luchas y sacrificios de nuestros antepasados por su fundación y estabilidad y de su abnegado valor para defenderlo.
El Fuerte San Cristóbal de Chepo.
Así escribía el Antropólogo, José Manuel Reverte Coma, en 1963.
Llegó a tener inclusive una pequeña guarnición que se alojaba en él o en bohíos cercanos hasta que con los años y habiendo ido desapareciendo los piratas e Indios, fue languideciendo hasta ser abandonado. Posteriormente, ya en era republicana, sería utilizado como cuartel. Más tarde abandonado definitivamente.
Personalmente tratamos de localizar el emplazamiento del viejo fuerte de San Cristóbal de Chepo y para ello comenzamos por realizar una investigación entre los más viejos moradores del lugar.
Isabel Sánchez de Espinoza, recuerda que cuando era niña iban a jugar a las ruinas. También recuerda que las paredes tendrían unos dos metros de altura en el año de 1907.
Entre las tradiciones de Chepo se cuenta que por las ruinas del cuartel se apareció en varias ocasiones la virgen de las Mercedes y también San Cristóbal.
José de la Cruz Delgado, el patriarca de Chepo, de 86 años de edad, viejo soldado de las guerras de independencia, recuerda que el fuerte tenía una puerta mirando a la calle que es hoy calle Córdoba y que tenía aspilleras para fusilería.
Al recorrer el lugar indicado por los informantes, pude comprobar la existencia de la fortificación que aflora por varios puntos formando los cimientos de un viejo edificio ya en ruinas, según estos Cimientos unos 12 metros de longitud. Siguiendo la exploración de los demás cimientos pudimos comprobar que de todos lados del fuerte tuvieron la misma longitud, de forma que se trataba de un edificio cuadrado de 12 metros de lado.
EL FUERTE SAN CRISTOBAL DE CHEPO, en 1700 fue llamada La Casa Mata o la prisión del estado, donde algunos Gobernantes de esa época eran enjuiciados y traídos para pagar sus condenas allí.
En las fotos se puede ver el sitio estratégico por su altura, aún quedan restos de cal y canto, donde se ven las matas de plátanos queda la entrada hacia el túnel que quedaba debajo del fuerte. «La mano del hombre destruyó este patrimonio».
Para el 1990 el señor Rafael Alcides Mendieta siendo alcalde, estableció un acuerdo municipal en la cual se declaraba patrimonio de Chepo, pero vino otro alcalde y abrogó ese acuerdo, siendo vendido lastimosamente el terreno, ¿Cómo poder lograr que este lugar sea de Chepo nuevamente, para nuestras futuras generaciones?